Método para organizar las ideas antes de escribir

Nuestro tiempo es limitado, la hoja en blanco a veces asusta y en ocasiones tenemos que escribir sobre temas que no dominamos a la perfección. A continuación, te propongo un método que permite manejar la información de forma coherente y ordenar las ideas con un objetivo fundamental: escribir más rápido y mejor.


Hay una frase que descubrí hace mucho y que siempre me viene a la cabeza cuando tengo que realizar cualquier tipo de trabajo que implique creatividad: First concept, then design.

Me gusta porque separa dos momentos muy diferentes: el de pensar y el de crear. O lo que es lo mismo: el de planificar y el de ejecutar.

Planificar en papel y ejecutar en la pantalla

Si aislamos estos dos momentos, no sólo facilitamos ambos procesos, sino que mejoramos los resultados.

Os pongo varios ejemplos de la vida diaria:

Si quieres ahorrar, no olvidarte nada ni comprar cosas que no necesites, es recomendable hacer una lista. Si quieres llevar tus tareas y citas al día, es recomendable escribirlas (para al menos, saber cuáles son).

Una vez claro lo que se quiere conseguir, llega la ejecución.

La redacción en base a objetivos

Cuando trabajo con mis clientes, antes de empezar a escribir suelo hacerles dos preguntas:

  1. ¿Qué quieres comunicar?
  2. ¿Cuál es tu objetivo?

En base a las respuestas, empezamos a trabajar en los textos partiendo ya de una idea que nos hará cumplir el objetivo.

Quizás sea hablar de zapatos para que se nos relacione con ellos (al ser una tienda online de calzado); quizás sea resolver en un post las dudas más frecuentes de los clientes (para poder compartirlas directamente cuando surjan y ahorrar tiempo); quizás sea contar una noticia de última hora (para convertirnos en un referente en el sector).

Método para organizar las ideas antes de escribir

Una vez tengamos claros idea y objetivo, es el momento de investigar y hacer, lo que yo denomino, autobrainstorming:

[Planificación]

1. Fase de planificación

1.1. Investigar

La duración de esta fase depende de lo mucho, poco o nada que conozca el tema.

Para investigar, dedico un tiempo a leer sobre aquello de lo que quiero escribir, consulto Pinterest (la información gráfica ayuda), pregunto. El objetivo de esta fase es que la información “entre en mi sistema” y encuentre su lugar de forma natural. De ahí que suela realizar esta fase en un entorno relajado y con la tablet y no con el ordenador.

1.2. Autobrainstorming

Después paso a escribir en la libreta. Empiezo a apuntar ideas que se me ocurren para el post. Titulares, posibles enfoques, contenidos para guiones, fases del proceso si las hay, ideas secundarias a destacar dentro de la idea principal… Trato de hacerlo sin ponerme limitaciones, para tener el máximo donde elegir.

1.3. Esquematizar

Una vez tengo los puntos más importantes, procedo a hacer un esquema. Para ello, desecho algunas ideas secundarias y me quedo con las más importantes, aquellas que me ayudan a cumplir el objetivo de comunicar la idea principal. Este esquema consta de títulos; debajo de cada uno de ellos defino con pocas palabras el contenido que desarrollaré me ponga a escribir.

Tomemos este mismo post como ejemplo. Este fue mi esquema inicial:

Objetivo: ser útil para otros a través de mi experiencia y alimentar mi blog con contenidos relacionados con mi profesión

Idea: hablar sobre cómo estructurar la información

1. [Introducción: first concept, then design]

2. [Planificar en papel y ejecutar en la pantalla]

3. [La redacción en base a objetivos]

4. [Método para organizar las ideas antes de escribir]

4.1. Investigar

4.2. Autobrainstorming

4.3. Esquematizar (+ejemplo)

4.4. Escribir

4.5. Editar

4.6. Revisar

5. Cierre

2. Fase de ejecución

2.1. Escribir

Trato de elegir una hora y, si puede ser, un día diferente, al de la planificación para sentarme a escribir. Es importante tener la cabeza despejada y, sobre todo, evitar distracciones. En mi caso, a primera hora de la mañana es el mejor momento.

Si he seguido los pasos anteriores, no suelo tener problema: me pongo a escribir el primer borrador. Lo importante es que «salga», pues será en las siguientes fases cuando perfeccionaremos y nos auto-editemos.

2.2. Editar

Como perfeccionista que soy, esta fase es básica para mí. El objetivo de la edición es asegurarnos de que se entiende, está bien expresado y, sobre todo, es claro, conciso y útil para quien lo vaya a leer. Cuando se trata de textos muy importantes, siempre es buena idea mostrárselo a tus «editores de confianza» (personas que están acostumbradas a leer y escribir y puedan hacerte comentarios constructivos).

2.3. Revisar

En este punto comienza la búsqueda de faltas de ortografía, dobles espacios, erratas y posibles fallos de ortotipografía. También es el momento perfecto para poner negritas en el texto, siguiendo tu estrategia de SEO y aplicar los formatos de H1, H2 o H3.

Para terminar, un poco de ánimo para esas semanas que se complican y nos impiden dedicar tanto tiempo como nos gustaría a escribir. No siempre podremos separar por días nuestras fases, relajarnos para nuestra investigación y disfrutar en el proceso. Sin embargo, en momentos de estrés, ayuda mucho ir paso por paso, diferenciado la fase de planificación de la de ejecución. De esta forma nos aseguraremos de que el resultado final refleja la idea y cumple nuestros objetivos.

Anexo: método para organizar las ideas en transcreación

Como comentaba en este artículo, la transcreación está entre dos tierras: la traducción y la creación. Por esa misma razón, podemos aprovechar algunos de los consejos anteriores a la hora de crear nuestras adaptaciones.

En este caso, mantendríamos todos los puntos, pero de una forma un tanto especial.

En cuanto a la investigación, nos centraríamos principalmente en la marca y en los objetivos que se propone conseguir con el contenido que nos han pedido adaptar. Generalmente nos envían gran parte de esta información (guía de estilo y briefing), pero siempre está bien ampliarla por nuestra parte. Por ejemplo, si tenemos que adaptar un eslógan (que siempre requiere una buena dosis de creación), no está mal investigar cómo se expresa la marca en redes, en newsletters o en cualquier tipo de contenido online; si además tienes ejemplos offline, mejor que mejor.

El autobrainstorming es una de mis partes preferidas, y en este caso, también me alejo del ordenador. Si seguimos con nuestro ejemplo del eslógan, primero traduzco de forma literal la frase y después empiezo a dejarme llevar. Para poder buscar nuevos enfoques que sigan respondiendo al objetivo, escribo palabras que me sugieren la misma idea en español, o bien sinónimos que puedan funcionar en este caso en concreto.

A continuación, juego con las estructuras (lo cual es muy divertido) y pienso en formas completamente distintas de decir lo mismo. Pasa mucho que, al tratarse de un texto publicitario, la frase en el idioma origen puede contener un doble sentido, una aliteración o una figura similar. En ese caso, trato de diseccionar cuáles son esos matices y me pongo como objetivo ver la forma de incluirlos en la frase que voy a crear. A veces es imposible, por lo que tú mismo tendrás que decidir con qué te quedas según los intereses de la marca (y por eso es tan importante el punto de investigación). Por suerte, se suelen pedir varias opciones y debes argumentarlas; de esta forma es más fácil explicar qué matices incluímos en unas y cuáles no, además de justificar por qué.

En la fase de escritura, me pongo seria y hago un escáner a todas esas ideas locas que se me han ocurrido, siempre comparándolo con la frase original. ¿Se aleja demasiado? ¿Se aleja pero resulta atrayente y condensa lo esencial del mensaje? Por lo general suelo quedarme con 5 opciones, y después elijo las 2 o 3 que deben ir en el documento que entrego. Al tratarse de transcreación, probablemente tendremos que incluir una «back-translation» (traducción literal de tus propuestas) y un «rationale» (comentarios que justifican tus opciones) en inglés. Esto se debe a que el cliente o los gestores de proyecto que revisen posteriormente el trabajo pueden no hablar nuestro idioma, y deben juzgar si las opciones se ajustan a lo que se solicita en el encargo. En el «rationale» es donde resulta especialmente útil haber pasado por todas las fases del proceso creativo, pues tenemos la oportunidad de expresar por qué, como expertos, hemos tomado una decisión u otra. Es cierto que escribir «rationales» puede llegar a ser tedioso pues puede parecernos que solo estamos incluyendo aspectos evidentes, pero enfoquémoslo como una oportunidad de aportar algo y no como algo que simplemente «hay que hacer».

La fase de revisión es igualmente importante y exige pasar el corrector por las opciones para que no contengan fallos de ningún tipo. Además, yo suelo pasar el corrector también al «back-translation» y al «rationale» para asegurarme de que todo lo que he escrito en inglés es correcto (Grammarly nunca me falla). En realidad, merece la pena porque nadie querría que sus magníficas adaptaciones se vieran empañadas por una mala redacción en el idioma de la persona que va a juzgar qué opción se utiliza en la campaña.

Espero que te haya servido este recorrido por todas las fases por las que paso al trabajar. Comenta si te apetece y cuéntame si se parecen a las tuyas o sigues otras diferentes. Me encantará leerte.